¿Qué alimentos atacan a los dientes?
La cantidad de alimentos procesados que consumimos actualmente hace que la ingesta de azúcar sea abundante y que en muchos casos pase desapercibida, ya que los azúcares también están presentes en alimentos no considerados azucarados, como el pan de molde, el jamón cocido o algunas conservas. Todos estos azúcares son procesados por las bacterias de la boca produciendo ácidos que desmineralizan el diente y provocan caries dental. El daño es mayor cuanto más azúcar contengan, cuanto más pegajosos sean o cuanto mayor sea la frecuencia de su ingesta. En definitiva, debemos tratar de reducir la ingesta de alimentos azucarados, tratando de concentrarlos dentro de las tres comidas más importantes del día.
Aparte del azúcar, también la presencia directa de ácidos contenidos en algunos alimentos supone una amenaza para los dientes. Bebidas como el café, el vino tinto, el zumo de naranja o los refrescos sin azúcar tienen un pH ácido que puede disolver el esmalte, produciendo lesiones de erosión. Es importante evitar la erosión, ya que puede afectar a muchos dientes, produce sensibilidad dental y solo es reversible con tratamiento profesional.
¿Cómo podemos proteger los dientes?
Algunos alimentos se consideran protectores del diente porque ayudan a frenar la desmineralización. Es el caso del queso y la leche, por lo que es recomendable ingerirlos para terminar las comidas.
Además de una corrección de hábitos, la mejor protección de nuestros dientes viene a través de la higiene diaria. A la hora de elegir un dentífrico, cabe recordar que el flúor es el único principio activo que ha demostrado eficacia y total seguridad en el control de la caries dental, por lo que se recomienda utilizar dentífricos a base de flúor con alto nivel de biodisponibilidad, como el fluoruro de estaño. Asimismo, en estos casos, el propio estaño contenido en estos dentífricos es el único principio activo que ha demostrado actividad protectora frente a la erosión. En consecuencia, si usamos este tipo de dentífricos podemos consumir aquellos alimentos más ácidos con mayor seguridad.
Como último consejo, es importante reducir las comidas “entre horas” e incorporar un cepillado dental tras el desayuno, la comida y la cena. El uso de un cepillo eléctrico facilitará una eliminación de placa mucho más eficaz.
Con unos hábitos básicos de higiene y productos eficaces, unidos a un control en la frecuencia de consumo de determinadas bebidas y comidas, no habrá alimento que se nos resista.