Este sencillo remedio con miel y ajo se alza como un tratamiento muy poderoso para favorecer tu salud hepática. Es un antibiótico natural con un alto nivel en antioxidantes y vitaminas, que regenerará tu hígado enfermo o intoxicado.
Algo esencial que debemos tener en cuenta para preparar este remedio es que la miel debe ser orgánica y lo más pura posible. Si no confías en que la miel que tienes en casa lo sea, es mejor no consumirla porque, de lo contrario, puede traer más problemas que beneficios.
Ahora bien, la sutil y fabulosa combinación de un ajo de cultivo orgánico y la miel pura te brindará un maravilloso equilibrio interior gracias al cual purificarás todo tu organismo y fortalecerás tu sistema inmunológico.
Basta con una sola cucharada al día de esta miel de ajo para obtener buenos resultados al cabo de una semana. ¿Te animas a probarlo?
Beneficios del ajo y la miel para cuidar de nuestro hígado
Una de las cosas que nunca deberíamos olvidar es que la salud del hígado es imprescindible para nuestra vida y nuestro bienestar.
Esto significa que todo hábito incorrecto, como puede ser el tabaco, una mala alimentación o incluso mantener una vida sedentaria nos trae consecuencias.
Seguro que en alguna ocasión habrás pasado esos días en que te notas hinchado, con las energías muy bajas, mal sabor de boca y, además, percibes que tus digestiones son muy pesadas. ¿A qué se debe?
Por lo general, estos síntomas tienen como origen un hígado saturado de toxinas y de elementos que no puede depurar de forma efectiva. Antes de recurrir a los fármacos, lo más recomendable es consultarlo con nuestros médicos y mejorar nuestra alimentación.
Un hígado sano favorece la circulación y un adecuado flujo sanguíneo. Además, consigue separar de forma correcta los nutrientes de las sustancias tóxicas de nuestro cuerpo.
Es necesario beber abundante líquido para favorecer esta depuración interna.
El hígado necesita un nivel adecuado de antoxidantes y de vitamina C, con los cuales regenerar sus tejidos, y optimizar sus funciones.
Una alimentación natural, libre de elementos procesados, harinas blancas y azúcares fortalece nuestra salud hepática.
El ajo y la miel son, por su parte, dos recursos excepcionales que te ayudarán en el día a día para conseguir estas dimensiones. Te explicamos cómo actúan.
La miel orgánica beneficia la salud de tu hígado
La miel es néctar de la naturaleza para nuestra salud. Es rica en glucosa, minerales, antioxidantes y vitaminas, y uno de los alimentos más favorables para el hígado.
Una de las mejores propiedades de la miel es su gran poder antibiótico natural y antiinflamatorio. Estos se debe a un compuesto llamado inhibina, una sustancia con propiedades antimicrobianas.
La mejor miel para cuidar del hígado es la de romero. Su glucosa es de absorción rápida y se convierte al instante en energía. De este modo, apenas ofrece carga de trabajo al hígado y no consume demasiado glucógeno en su transformación.
La miel es un depurativo natural capaz de fortalecer el tejido hepático para regenerarlo en caso de padecer de hígado graso.
No obstante, incidimos una vez más en que la miel debe ser siempre orgánica.
El ajo cuida de nuestra salud hepática
El ajo contiene un compuesto llamado alicina que actúa como un poderoso antioxidante, antibiótico y fungicida, con increíbles beneficios para la salud del hígado.
Hay mucha gente acostumbrada a tomar un ajo en ayunas. Si te ha molestado siempre el aliento que te deja o lo incómodo que resulta tener que masticarlo, no dudes en probar esta sencilla y deliciosa combinación a base de miel y ajo.
Tampoco podemos olvidar que los ajos son estupendos para luchar contra esos patógenos que atacan al hígado o para depurar esas sustancias tóxicas que, en ocasiones, acumula de forma peligrosa.
Debemos destacar la función de sus metabolitos, aminoácidos y proteínas, que fortalecen el hígado, mejoran nuestras digestiones y luchan contra el colesterol malo o LDL.
Cómo preparar mi remedio de miel y ajo
¿Qué necesito?
Un frasco de cristal
Una cabeza de ajos
La miel suficiente para cubrir la capacidad del tarro que hayas elegido.
Preparación
Lo primero que vamos a hacer es desgranar los ajos. Pélalos uno por uno y, después, pártelos por la mitad con un cuchillo afilado. De este modo, sus compuestos naturales y terapéuticos quedarán impregnados en la miel.
El siguiente paso es sencillo. Dejaremos los ajos abiertos en el fondo del tarro de cristal e iremos vertiendo poco a poco la miel.
Nuestro objetivo es evitar que se queden vacíos o burbujas. Debe quedar todo cubierto. Para ello, ayúdate de una cuchara para que, lentamente, quede todo envasado al vacío. De este modo podrá macerar de forma correcta.
Una vez listo, cierra el frasco de forma hermética y permite que pase una semana. Después, ya podremos consumirla con normalidad.
Basta una cucharada al día de miel con un ajo para cuidar de nuestra salud en general y de nuestro hígado.
¡Es muy efectivo!